Cada vez son más los consumidores que piden transparencia en los procesos de confección de las prendas y por eso el término Moda sustentable o sostenible está en boca de marcas y diseñadores. Se suelen usar los términos como si fuesen sinónimos, pero existe una sutil diferencia entre las dos palabras.
Sustentable, hace referencia a algo que se puede sostener por sí solo, mientras que algo sostenible puede mantenerse a sí mismo gracias a las condiciones económicas, sociales y ambientales.
Entonces la moda es sustentable o sostenible? El Slow fashion es un modelo productivo y el termino correcto sería llamarlo sostenible ya que busca respetar los procesos naturales a la hora de conseguir las materias primas y se preocupa por el impacto medioambiental y social que su actividad empresarial tiene.
Teniendo en cuenta la confección de la prenda desde que se cosecha el algodón o se elabora la fibra sintética, pagando un salario justo a los empleados que están involucrados en la cadena de trabajo, respetando sus jornadas y condiciones laborales, sumando procesos de teñido naturales en caso de ser necesario y de esta manera reducir la huella de carbono.

Son prendas pensadas para que duren más en cuanto a su calidad y molderia, con siluetas más simples, colores neutros que le dan una atemporalidad y extienden su vida útil. Promueve la producción local, ya que uno de los objetivos es reducir el impacto que tiene en el medio ambiente y las emisiones de gases de efecto invernadero que derivan de la necesidad de su transporte.
Se tiene menos material de descarte ya que el fin de optimizar recursos se traslada a toda la cadena de valor. Varias marcas realizan alianzas con emprendedores que se dedican a transformar desecho textil en muebles, en nuestro país Generación Vitnik. Y en países de primer mundo existen normativas más restrictivas a la hora de tirar esos residuos industriales para tener una mayor y mejor concienciación por parte de las propias compañías de moda sostenible.

Con respecto al tema del valor de la prenda, hay varios consumidores que aún se quejan y dicen que son más elevados, cuando nunca se pusieron a pensar porque sus otras prendas eran tan económicas. Si se cambia esa mentalidad y se hacen visibles las cadenas de producción de la industria textil nadie dudaría del precio y de quien hizo su ropa.